¿Cuántas veces has utilizado un antiinflamatorio o cabe otro medicamento para aliviar un dolor de cuello, de lumbalgia o cualquier otro dolor físico?
¿Y si te dijera que puedes calmar, incluso quitar o prevenir, ese dolor con otras herramientas que no tengan tanta carga química?
Nuestro cuerpo es “un todo”, y todo el que basura con este, repercute en nuestra salud. Cosas tan sencillas como dormir 7-8 horas, tomar el sol 10 minutos en el día, exponernos en la luz de la alba o de la puesta de sol, hacer ejercicio y estar activos, comer de forma variada y equilibrada, meditar o tener atención llena en cada cosa que basura, es la clave para tener salud. Y cuando hablamos de salud, no hablamos de ausencia de enfermedades, sino de un estado de bienestar general: físico, mental y social.
El bienestar físico es muy importante, el cuerpo es nuestro vehículo, nuestro proveedor de experiencias, nuestra casa. Para cuidarla es muy importante mantener una vida activa, y los trabajos actuales que nos hacen estar 8 horas sentadas frente a un ordenador no nos está ayudando (en realidad esto ya empieza en las escuelas, aunque por suerte, ya hay escuelas que están buscando alternativas para educar los/las niños/se sin tener que estar setandos/as en un pupitre durante toda la jornada). Si tenemos opción, aquello ideal seria ir alternando sentarse en la silla y en una “fitball” o pelota de pilates; o ir alternante con pausas activas. Muchas veces no tenemos mucho de margen, así que el que podemos hacer es, fuera del horario laboral, buscar estar el más activo posible.
Desde la fisioterapia, sabemos que el movimiento mitiga, disminuye, palia, aligera, incluso cura el dolor físico. También obtenemos ayuda otras técnicas, como al terapia manual, electroterapia, hidroterapia, presoterapia, magnetoterapia... según cada caso requiera, se puede tratar problemas musculoesqueléticos, así como problemas respiratorios, cardíacos, neurológicos, obstétricos, pediátricos, geriátricos o deportivos.
Desde la nutrición, sabemos que “somos aquello que comemos”, y que tener cura de nuestra alimentación, mejorará nuestra microbiota intestinal. Se ha demostrado que nuestra microbiota está relacionada con el nivel de inflamación celular, y este con nuestro bienestar físico y emocional. Por lo tanto, es un punto clave e importando para nuestra salud general. Una acción sencilla que podemos aplicar en nuestro día a día es incorporar alimentos naturales, de temporada, no procesados, y de proximidad.
También es muy importante el bienestar mental y social. Desde la psicoterapia, sabemos que estar presentes, tener atención llena en cada momento y meditar, ayuda a reducir el estrés y la ansiedad que nuestro día a día nos puede producir. No podemos separar la mente del cuerpo, y la mente es muy lista, si sabemos cómo utilizarla, será nuestra mejor amiga. Sabías que, si hemos sufrido una lesión, el imaginar y visualizar que el movimiento/posición no produce dolor ni molestia es una de las herramientas que ayuda a aligerar el dolor? Es una cosa fácil y que nos puede ayudar mucho.
Nos hemos creído el cuento chino de que una pastilla nos puede curar del que sea, pero no nos confundimos, tú eras quién puede curarse, está en tus manos, tu cuerpo es sabio, solo tienes que explicarle cómo tiene que hacerlo y qué camino tiene que coger para que sea lo más fácil y placiendo posible.
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